La preocupación por tener una vejez feliz es algo que todos tenemos.
La vejez es un proceso fisiológico común a todos los seres humanos, y en ella se producen cambios físicos, psicológicos y sociales.
Normalmente, se considera que la vejez, o tercera edad, empieza a los 65 años. Es en este momento donde las personas sufren un punto de inflexión en sus vidas.
Sabemos que la vejez supone uno de los desafíos más grandes a nivel global. Hoy en día con el avance de la ciencia y la tecnología ayuda mucho en mejorar la calidad de vida en la vejez.
En la vida nos enfrentamos a cambios desde nuestro nacimiento: constantemente nuestro cuerpo está cambiando y hasta se dice que celularmente no somos nosotros mismos cada 21 años.
Así que: En la vejez hay muchos cambios, cambios corporales, cambios sociales, cambios laborales. Así que desde jóvenes tenemos que cuidar de nuestro futuro para cuando llegue ese momento que sea un desafío individual.
Cada uno tiene que estar listo para el nuevo estilo de vida individual. Pero todo eso dependerá de cómo fue tu vida joven. Así que, esto definirá tu verez en la vejez.
Comparto con vosotros diez mandamientos a seguir.
Diez mandamientos para una vejez feliz
- Cuidarás tu presentación todos los días. Vístete bien arréglate como si fuera a una fiesta. ¡Qué más fiesta que la vida!
- No te encierres en tu casa ni en tu habitación. Nada de jugar al enclaustrado/a o al preso voluntario/a. Saldrás a la calle y al campo de paseo. El agua estancada se pudre y la máquina inmóvil se enmohece.
- Amarás al ejercicio físico como a ti mismo/a. Un rato de gimnasio, una caminata razonable dentro o fuera de casa. Contra inercia, diligencia.
- Evitarás actividades y gestos de viejo/a derrumbado/a. La cabeza gacha, la espalda encorvada, los pies arrastrándose. ¡No! Que la gente diga un piropo cuando pasas.
- No hablarás de tu vejez ni te quejarás de tus achaques. Con ello, acabarás por creerte más viejo/a y más de lo que en realidad estás. Y te harán el vacío. Nadie quiere estar oyendo historias de hospital. Deja de auto llamarte viejo/a y considerarte enfermo/a.
- Cultivarás el optimismo sobre todas las cosas. Al mal tiempo buena cara. Sé positivo, ten buen humor en las palabras, sé alegre de rostro, amable en los ademanes. La vejez no es cuestión de años sino un estado de ánimo.
- Serás útil a ti mismo y a los demás. No eres un parásito ni una rama desgajada voluntariamente del árbol de la vida. Bástate hasta donde sea posible y ayuda. Con una sonrisa, con consejo, un servicio.
- Trabajarás con tus manos y tu mente. El trabajo es una terapia infalible. Cualquier actitud laboral, intelectual, artística… Medicinas para todos los males, la bendición del trabajo.
- Mantendrás vivas y cordiales las relaciones humanas. Desde luego que las que anudan dentro del hogar, integrándose a todos los miembros de la familia. Ahí tienes la oportunidad de convivir con todas las edades, niños, jóvenes y adultos, el perfecto muestrario de la vida. Luego ensancharás el corazón a los amigos, con tal que los amigos no sean exclusivamente viejos como tú, huye del bazar de antigüedades.
- No pensarás que todo el tiempo pasado fue mejor. Deja de estar condenando a tu mundo y maldiciendo tu momento. Alégrate de ser parte del mismo y poder ver muchas cosas lindas y nuevas… nunca dejes de sonreír.
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Conclusión
Así que, cuide bien de todas las áreas de tu vida, cuerpo, mente y espíritu para que tengas una vejez saludable y bien humorada.
Finalmente nuestra vida se resume en lo que pensamos y comemos. Cuidamos de nuestras vidas porque es un precioso regalo de Dios.
Un abrazo! ¡Gratitud siempre!